CONCHALÍ COMUNA DE ESCRITORES.

El día 18 de abril 2018, la biblioteca Municipal de Conchalí, en el marco del mes del libro, presentó en el Liceo Púbico “Alberto Blest Gana”, a Dante Cajales Meneses y su obra “Fisura”, gran escritor conchalino. “Dante Cajales Meneses ha escrito un libro memorable. Un libro lleno de compasión y humanidad, y habría que remontarse a Carlos Pezoa Véliz, para encontrar en nuestra poesía un poeta cuyos poemas, situados, concretos, desnudos, unan como lo hace Fissura, la sencillez y la profundidad, la ternura y la fuerza, las maestría formal con la transparencia.

 

 

Asimismo la biblioteca municipal invitó a Mauricio Tapia quién agradece a, Yaquelín Concha Arce por su apoyo en registro digital y a la encargada de esta espléndida iniciativa de poder presentar algunas obras de dos autores de Conchalí que ya partieron de este mundo y que dejaron un legado valioso en sus letras. Estos dos autores son:
Ariel Peralta Pizarro y José Roberto López Zambrano.

Ariel Peralta, es uno de los mayores ensayistas de Chile. Su amplia bibliografía, lo consagran como escritor de la Identidad Nacional, al lado de figuras como Francisco A. Encina, Alejandro Venegas, Carlos Vicuña Fuentes; Nicolás Palacios. Profesor y escritor de Historia, su obra «Memorial de la Paulonia», es un emotivo recordatorio de la trascendencia de una institución bicentenaria de la república: el Instituto Nacional.

De Roberto López Zambrano y su obra “Por los caminos de Arauco” a continuación la descripción de Rodrigo Benítez, quién lo conoció en vida, siendo también su amigo y compañero en las letras:

José Roberto López Zambrano, también conocido por su seudónimo artístico, Pepe Lopzam., fue un artista local de Conchalí, que a pesar de no haber nacido en esta comuna de de la ciudad de Santiago, entregó mucho por ella. Lopzam, nació en el año 1940, en la localidad de Antiquina, en cañete, Región del Bio bio.
Lopzam es descendiente de la familia de Don Mateo de Toro Zambrano. Una familia que, posterior a la muerte de don Mateo, se escondiera en la localidad de Arauco, arrancando de la obligación de los más jóvenes de participar en las guerras de aquel entonces. Creció al alero de las historias Mapuches, en estos campos de la Araucanía. Allí es donde comenzaron las primeras ideas de hacer de su vida, un artista, y poder contar los relatos de su natal Arauco, y llenar los vacios que deja el olvido y el desgano, de nuestra vapuleada historia. 

Este Joven y curioso Lopzam, a pesar de gustarle mucho la lectura, al principio no se dedicó a escribir más allá de su cuaderno de anotaciones, primero se dedicó a la construcción civil y decoración de interiores, dando paso luego, al dibujo artístico y pinturas al oleo. Amante del arte de tipo visual, da paso a estudiar en los talleres de literatura de Altazor, dictados por Enrique Lafourcade, sobre prosa, cuento y poesía. No abandonando durante mucho tiempo, su carrera de constructor civil.
Gracias a su crianza en el sur de Chile, aprendió de joven, cuecas, tonadas y pallas con su guitarra, que siempre lo acompaño, hasta sus últimos años de vida, con la cual animaba a muchos, con su característico humor y picardía del campo. Junto a su hermano Luis, participaron en el festival “Cervecero Nacional”, obteniendo los primeros lugares en las 3 categorías del género folklórico.
En sus años ya más maduros, decide dedicarse a comprender sobre el tratamiento de maderas, patinas, teñidos, imprimantes y barnices, también sobre como impermeabilizar y tratar humedades en la construcción civil. Asimsismo su última capacitación, fue aprender la técnica de carpintería en cobre.

Por cuenta propia se dedicó a aprender sobre madera nativa, tallados y esculturas en madera. 
Ya en su adultés mayor, en el descanso de la crianza, pasó los últimos años de su vida, en la pintura, escultura y literatura. Escribió también cuentos y poesías para las revistas, del centro cultural del cual él era parte. Dejó plasmado un relato en el libro, “El cortijo tiene la palabra”, organizado por el “Centro Cultural, La Pluma, ciudadanía, arte y cultura”. Libro que recoge relatos, cuentos y poesía de los pobladores de “El Cortijo”, en Conchalí. 2 años más tarde, y ya convencido de publicar al final esas historias que tanto guardaba y añoraba, decide lanzar el libro: “Por los caminos de Arauco”, libro donde contando parte de las anécdotas de su historia, cuenta también esos relatos de Arauco y prosas, a esos valientes guerreros mapuches.

Pepe Lopzam, falleciendo en el año 2008, a la edad de los 68 años de edad, dejó algo más, que cuadros, cuentos y esculturas, dejó respeto y admiración, por la gente y su cultura, por hacer que ese último habitad, que era la población el cortijo, se nutriera de toda esa sapiencia que trajera consigo, desde el sur de Chile, ese afán de transmitir conocimiento y saberes, de nuestra cultura más ancestral, que también es digna de aprender y apreciar, como lo hacemos con la cultura que proviene del viejo mundo. Y que mejor, que en la comuna de Conchalí, la cual no tuvo el gusto de verlo nacer, pero se dio el gusto, de darle última morada. Hoy sus huesos descansan, pero no sus enseñanzas, ya que andan sueltas en un libro loco y entretenido, el cual, por mi parte, recomiendo a ojos cerrados, leérselo.

Por Rodrigo Benítez.